Hombre que mira a través de la niebla / Man who looks through the fog
(Uno de los trece hombres.)
Hombre que mira a través de la niebla
Me cuesta como nunca
nombrar los árboles y las ventanas
y también el futuro y el dolor
el campanario está invisible y mudo
pero si se expresara
sus tañidos
serían de un fantasma melancólico
la esquina pierde su ángulo filoso
nadie diría que la crueldad existe
la sangre mártir es apenas
una pálida mancha de rencor
cómo cambian las cosas
en la niebla
los voraces no son
más que pobres seguros de sí mismos
los sádicos son colmos de ironía
los soberbios son proas
de algún coraje ajeno
los humildes
en cambio no se ven
pero yo sé quién es quién
detrás de ese telón de incertidumbre
sé dónde está el abismo
sé dónde no está dios
sé dónde está la muerte
sé dónde no estás tú
la niebla no es olvido
sino postergación anticipada
ojalá que la espera
no desgaste mis sueños
ojalá que la niebla
no llegue a mis pulmones
y que vos muchachita
emerjas de ella
como un lindo recuerdo
que se convierte en rostro
y yo sepa por fin
que dejas para siempre
la espesura de ese aire maldito
cuando tus ojos encuentren y celebren
mi bienvenida que no tiene pausas
— Mario Benedetti
(One of the thirteen men.)
Man who looks through the fog
It’s harder than ever
to name the trees and the windows
and also the future and the pain
the belltower is invisible and mute
but if it could speak
its rings
would be a melancholy fantasy
the corner loses its sharp angle
no one would say that cruelty exists
the martyr’s blood is barely
a pale stain of bitterness
how things change
in the fog
the vicious are only
sadly insecure of themselves
sadists are overflowing with irony
the arrogant are prows
steered by the courage of others
the humble on the other hand
are nowhere to be seen
but I know who is who
behind this curtain of uncertainty
I know where the abyss is
I know where god is not
I know where death is
I know where you are not
the fog isn’t forgetting
only an early deferral
hopefully the wait
doesn’t wear down my dreams
hopefully the fog
doesn’t get to my lungs
and that you little girl
emerge from it
like a lovely memory
that becomes a face
and that finally I know
that you leave behind forever
the thickness of that cursed air
when your eyes meet and celebrate
my welcome without hesitation
— Mario Benedetti